categoría :

Educación

Publicado

Compartir

Educación ¿fin o medio? Parte I

Cuando hablamos de educación siempre la miramos como instancia necesaria para el desarrollo de Honduras, así como también como un factor que potencia la cultura hondureña. Pero ¿Qué ha pasado que como hondureñidad no hemos podido lograr nuestros anhelos?


Para empezar a respondernos esta pregunta, también tenemos que poner en tela de juicio todas las nociones que tenemos acerca de la educación. Por ejemplo, cuando hablamos de que la educación desarrolla a Honduras, ¿De qué tipo de desarrollo hablamos y quién beneficia? En este sentido las Naciones Unidas plantea los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el cual el número cuatro (4) habla específicamente de Educación de Calidad (Naciones Unidas, 2023).


Para este objetivo las Naciones Unidas propone que haya acceso universal, alcanzar competencias para trabajo decente y emprendimiento, alfabetización universal, promoción de estilos de vida sostenible, derechos humanos, no violencia, y valoración de la diversidad cultural, infraestructura educativa pertinente y relevante, y, por último, docentes calificados. Sin embargo, es justo y necesario reflexionar y pensar a profundidad si con lograr estas metas llegaremos a un Desarrollo Sostenible. Lo que nos lleva a nuestra siguiente pregunta. ¿Qué es desarrollo sostenible?


En este caso, Wikipedia nos brinda una definición inicial que podemos ir analizando. El desarrollo sostenible es «principio organizador para alcanzar los objetivos de desarrollo humano y al mismo tiempo sostener la capacidad de los sistemas naturales para satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas propias» (Wikipedia, 2023).


Al parecer tanto desarrollo sostenible como objetivos de desarrollo humano son concomitantes, es decir, ambos se necesitan el uno del otro. No obstante, este desarrollo humano tiene sus límites, los cuales son las capacidades de los sistemas naturales. En particular, no podemos extraer recursos infinitos de un planeta finito. Llámese petróleo, gas, oro, plata, cobre, madera, y cualquier otro mineral o materia prima. Necesitamos encontrar un balance del desarrollo humano y recursos naturales para llegar a un desarrollo sostenible. Y más que un balance, es la preservación para que perdure lo que hoy tenemos en las futuras generaciones. Es decir, el desarrollo sostenible implica también una visión a largo plazo. ¿Pero qué tan largo plazo?


Para poder contestar esta pregunta podemos recurrir a analizar nuestro pasado como humanidad y los sistemas naturales. En Mesopotamia veremos que alrededor del río Éufrates y Tigris empezaron los asentamientos humanos hace miles de años hasta llegar a las civilizaciones de los Sumerios, Babilonios y Acadios, entre otros. Así mismo el Río Nilo fue el que permitió los asentamientos de las grandes civilizaciones en África como ser los Nubios (Kush en egipcio antiguo) y los Kemetitas (ya que el antiguo Egipto denominaba a su país como Kemet: “La Tierra Negra”). O el caso de las civilizaciones del valle del Indo (alrededor del río Indo del 3300-1300 a.C.), río amarillo (Hwan-huou del 10,600-1400 a.C.), río Yantze (7000-1600 a.C.), o río Liao (9000-2600 a.C.) todas civilizaciones de subcontinente indio y de China que se desarrollaron alrededor de cuencas hidrográficas. También será el caso para la civilización más antigua del continente americano, la civilización Caral-Supe (3500-1800 a.C.) alrededor de los ríos Supe, Fortaleza, y Pativilca, en el Perú. O ya bien más cercanos a nosotros los Olmecas (1600-400 a.C.) en México en el Río Coatzacoalcos, los Mayas (1800 a.C. a la fecha) en la cuenca del Petén o en su defecto los Cenotes con aguas subterráneas. Y en específico el Reino de Yaruma (1000 a.C. – 250 d.C.) en Honduras, los proto-lencas del período preclásico que se asentaron en Yarumela alrededor del Río Humuya y el Valle de Comayagua, que hasta la fecha hemos sido testigos de esta visión ancestral de vivir en conjunto con el río, que aún hoy los lencas siguen al pie de la letra.


En otras palabras, es decir la historia de la humanidad gira alrededor de la simbiosis con los sistemas naturales, en específico, con la relación con las cuencas hidrográficas. Por tanto, nos lleva a concebir plazos tan cortos como el ciclo del agua, y tan largos como los fenómenos climáticos que se dan por temporadas, ya sea por las conocidas temporada lluviosa y seca, o ya sea por el fenómeno del niño y la niña que duran años. En otras palabras, podríamos decir que necesitamos entrar en sinergia con las temporalidades del medioambiente para poder establecer una simbiosis que sea beneficiosa para la humanidad y la naturaleza.

en_USEnglish